Conceptos claves: LA EVOLUCIÓN LITERARIA

La idea de Evolución Literaria es uno de los puntos altos en la teorización general de la literatura por parte del Formalismo Ruso*.

Es también un concepto que se complementa con los de serie literarias y serie social (que explicamos en esta entrada).

 

Una de las grandes preguntas que tienen los lectores, escritores, críticos y analistas literarios es cuales son las razones de los grandes cambios estilísticos de la literatura a través del tiempo, sea en una ciudad o un continente, en cortos o largos periodos de tiempo.




La Grecia clásica tuvo la épica, la tragedia y la comedia (junto a los himnos religiosos), que fueron retomadas por los romanos y la denominada Grecia alejandrina (influida por Roma).

De las grandes novelas del siglo XIX (Dickens, Victor Hugo) a los relatos contemporáneos del XXI hay grandes cambios y algunas continuidades, mediadas por los grandes escritores del XX.

A su vez, países como China, Japón e India tienen tradiciones y variaciones literarias riquísimas, sólo por citar algunos de los más estudiados en los últimos años.


La primera respuesta posible es “por los cambios históricos, sociales y culturales de la humanidad”. Una respuesta que afirma aquello que queremos explicar. La pregunta se vuelve ¿cómo se expresaron esos movimientos en la literatura? e incluso ¿qué características estéticas y lingüísticas tuvo? Si bien la serie literaria está conectada con la serie histórica, al interior de la primera esas transformaciones se producen con elementos y reglas propios.


La respuesta de Tinianov es disonante ante la lógica de opuestos en los análisis contemporáneos. Lo que está bien y lo que está mal, lo adecuado o inadecuado, lo (políticamente) correcto o incorrecto, la identificación del lector con los personajes como un hecho positivo (y negativo cuando no sucede). Estos parámetros son puramente de contenido y mayoritariamente extra-literarios.

Para entender esa transformación hay que partir de corregir un equívoco habitual. El planteo de evolución no implica necesariamente un movimiento positivo (tampoco en Darwin tiene el carácter positivista que se le asigna habitualmente).


Estudiar la evolución literaria es estudiar el proceso de cambios en la literatura. Para esto el Formalismo se va a asentar no en los binomios de opuestos o de terceros excluidos, sino en procesos de combinaciones y contradicciones, que se expresa en un modelo teórico.

El modelo representa una inter-relación entre dos espacios: el central o dominante y el periférico. Como su nombre lo indica, el primero es aquel que domina el ambiente literario, y se caracteriza por esa centralidad e inclusivo una masividad entre los literatos. Dominante no es sinónimo de una pequeña minoría, que es como estamos acostumbrados a pensarlo. Una centralidad mayoritaria es una de esas contradicciones que la dialéctica permite. El estilo periférico, secundario, tiene en su carácter de distinto su fortaleza, una ‘novedad’ frente a lo establecido. Sus partidarios suelen ver en esas diferencias un elemento positivo, La obra y los autores periféricos niegan a la central: “eso está viejo”, “es obsoleto” y luchan por desplazar a la dominante. En esa contradicción de una literatura central que para algunos “ya no es” y una periférica que “aun no es” se produce ese desplazamiento. La periférica ocupa el centro.

Una vez logrado esto, comienza a tomar de a poco algunas características de la dominante: se asienta, se sistematiza, pierde su vitalidad rebelde o llega a un pico.

Esa doble negación (periférica que niega y desplaza a la central, para volverse central, por lo que ya no es periférica) da pie a que una nueva literatura se ubique como periférica y busque desplazar a la dominante, que antes fue periférica.

 

Un caso típico de evolución literaria (que no solemos ver como conflictiva) es el paso que hay en la tragedia griega clásica de Esquilo a Sófocles y de este a Eurípides. Son transformaciones estéticas y estilísticas que se conectan con las sociales (desplazamiento del eje divino en Esquilo a una mayor presencia de lo humano en Sófocles, cambios en la resolución de los conflictos con Eurípides).

El Quijote, considerada a veces “la mayor novela de caballería de la historia” es una negación paródica de las novelas de caballería.

Ya en el siglo XX, el surrealismo surge como un movimiento periférico fuertemente rupturista. Bretón, Dalí, Miro. Duchamp se vuelve famoso al romper por completo la estructura de las exposiciones, al instalar un mingitorio en una de ellas. Pero lo que fue el mayor punto de conflicto, se volvió un elemento buscado por el mercado. Los artistas se peleaban por ver quien exponía el elemento más rupturista y se volvió una lógica dominante, llegando a exponerse globos con aire o incluso una banana con una cinta, ya en la contemporaneidad del siglo XX.

La literatura de América Latina, históricamente periférica, sin embargo se vuelve central a partir de los años del “boom” en América Latina y fue dominante a lo largo de esos años en Europa (Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa). Algo que a la crítica literaria latinoamericana aún le cuesta asimilar (es interesante la lectura de JuanJosé Saer al respecto)

 

Como puede verse, el modelo teórico de Tinianov sirve para entender varios de los cambios literarios, aunque pueda no ser aplicable al 100% de ellos (el grupo de los Formalistas fue disuelto a la fuerza en la década del ’30, en la Rusia de Stalin, al igual que el círculo de Bajtín).

La humanidad tiene casi tres milenios de historias para leer, disfrutar, aprender, analizar, volver a contar. Ese es su patrimonio. Tiene a su vez nuevos escritores que tomando distintos elementos de ese patrimonio (o ninguno) y crean nuevas obras. Las elecciones estéticas corren por cuenta de cada uno.

 

Notas

* Tinianov, Iuri, “Sobre la evolución literaria”,
en Todorov, Tzevan. Teoría de la literaria de los Formaslistas Rusos. Siglo XXI, Barcelona, 2010.


Si bien la producción de conocimiento por del Formalismo fue enorme, éste se reflejaba en textos más bien sueltos, que condensaban en pocos párrafos una gran cantidad de ideas. Recién en la década del ‘60 y gracias al trabajo de Tzevan Todorov se pudo conocer en profundidad y organizadamente.


 
Pablo T.
Febrero 2022

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