Primera Parte
La relación entre la literatura y el arte, por un lado, y la política por el otro (en términos de análisis sociales e ideológicos) es una de las más complejas y controvertidas. Los estudios sobre el arte que articulan con la sociología, la historia y el análisis político se expanden particularmente a partir de la revolución industrial, en términos sociales, y del iluminismo ilustrado, como la enciclopedia, en términos científicos y de conocimiento.
Literatura y Arte
El análisis del arte se ha centrado históricamente en dos vetas distintas, la visual, centrada en la imagen (como la pintura y la escultura), y la escrita (con eje en las palabras y las lenguas).
En principio,
ambas vetas comparten una periodización basada en coordenadas históricas y
geográficas. Así tenemos el arte visual y la literatura del Antiguo Egipto, de
Grecia, de Roma, del mundo Musulmán, de la Europa cristiana de la Edad Media,
del Al-Ándalus islámico-español, de la Inglaterra victoriana, de las Américas
pre–conquista (algunos pueblos, como los mayas tenían escritura y de otros se
han conservado sus cosmovisiones a través de la narración oral de generación en
generación, como los guaraníes).
A su vez, los movimientos artísticos – visuales más cercanos también pueden ubicarse en estas coordenadas: El renacimiento, el Neoclasicismo, el Barroco.
Todos ellos pueden reconocerse con mayor o menor esfuerzo a través de la inclusión de determinados elementos tópicos de cada estilo. Los Egipcios con la muerte y el pasaje al más allá (tanto en sus pirámides como en El libro de los muertos), los griegos con la intervención de los Dioses entre los hombres (a veces con consecuencias negativas a diferencia de otras cosmovisiones), el Gótico por la presencia de castillos y una cierta atmósfera fatalista, el islámico por la presencia de la naturaleza (en particular los jardines) así como el uso de un exquisito vocabulario poético y varios niveles de lectura de sus textos (un elemento que heredaría La Comedia de Dante).
Puede decirse
entonces que estás clasificaciones son efectivas, ya que reflejan distintos
momentos de la realidad y sus expresiones artísticas. Puede criticárseles en
centrarse en el canon de cada época, pero eso no anula el valor mismo de la
clasificación. Basta hacer la salvación de que estas clasificaciones reflejan a
la mayoría de las manifestaciones artísticas de cada período.
El problema
surge entonces cuando pretendemos adentrarnos en las especificidades de la
literatura:
Volvamos a la comparación con la pintura. Durante siglos se estudió los componentes internos, materiales y simbólicos de la pintura. Desde como se produce el grafito para la paleta de colores hasta las distintas modalidades de la representación de lo divino en el cristianismo en las obras del Renacimiento y el Barroco.
Se han conservado también numerosos estudios como los de Leonardo Da Vinci (siglos XV y XVI d.C.) en los que se analiza el movimiento humano y de las aves.[2] Famosos son sus estudios de la anatomía humana, y su preocupación por el vuelo nos puede retrotraer hasta el siglo VIII d.C., cuando el joven musulmán Abbas Ibn Firnás intenta volar en la Al-Ándalus del siglo IX d.C. por primera vez en la historia, cosa que logra a medias, ya que planea durante varios metros. A estos estudios y puesta en práctica, sumémosle todo lo referente al punto de fuga, perspectiva, uso de colores y sombras, que ya se había perfeccionado para finales de la mal denominada “Edad Media”.
El estudio de la Literatura no tenía la profundidad de esos canales...
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