Cambios en las estructuras de consumo
La llegada del tren a la estación de ciotat ('L'arrivée d'un train à La Ciotat') de los hermanos Lummiere (1896)
El fenómeno de la tecnología ha generado cambios enormes en la sociedad, a la vez que es consumida con parámetros culturales que suelen ser repetitivos o conservadores, más allá de los contenidos.
Los cambios que significaron la fotografía y el cine fueron estudiados profusamente (entre otros por Walter Benjamín). El cine habilitaba para una gran parte de la población el acceso a una nueva expresión cultural.
En lo personal, que Hollywood se haya impuesto al cine expresionista alemán no me parece que sea la gran tragedia que suelen marcar los críticos de cine. Encuentro poco de trágico en poder disfrutar del cine de Hitchcock, Frank Cappra, los hermanos Marx, John Huston o John Ford, así como las películas de Murneau y los grandes directores del expresionismo alemán.
Pero no se trata sólo del contenido, sino de cómo es consumido. El cine fue, ante todo, masivo. Con programas dobles, triples y con las nuevas reglas que impuso Hitchcock.
Hoy ya no lo es. No se llenan las salas por semanas para ver una película, y buena parte de ellas ya se saltea el momento mítico del estreno.
Los cambios tecnológicos fueron fundamentales. El "cine en tu casa" fue la expresión del avance en la calidad de la tv y sobre todo las computadoras. Al principio, videocasseteras y Reproductores de dvd convivieron con el cine. Incluso con la presencia de cadenas como Blockbuster, había una serie de reglas que ordenaban el mercado. Existía un tiempo pactado entre el estreno de un film y su edición en vhs / dvd.
Ir al cine o alquilar una película eran planes alternativos, no opuestos.
El cambio de paradigma comienza con el proceso de piratería de películas y luego con la circulación de estas ediciones en la web.
El cine se había vuelto caro. Ir al cine en familia era caro.
Si para muchos la solución pasaba por esperar los tres o cuatro meses a su estreno para alquilar, la aparición de dvds piratas cambió el modo de consumo. Se intercambió calidad por masividad. La calidad de esos dvds era mala. Muchos estaban filmadas dentro de la sala de cine con alguna cámara de mano o celular. Se veía a la gente que se levantaba o la pantalla en movimiento. Pero la sóla posibilidad de acceder a ellos rompía esa distancia de consumo segmentando por ingresos. Permitía ver lo mismo que estaba en pantalla. Si se pagaba el costo de la entrada, con excelente calidad. Pero también había una versión "a precio módico", que ofrecía para ver en casa el fin de semana en familia. Una nueva masificación del cine. Otros parámetros.
La industria nunca entendió del todo el cambio y se dedicó inútilmente a perseguir a los “pirateadotes”. A veces se incautaban depósitos enteros, lo que mostraba lo fácil que era copar películas. Por cada depósito allanado había decenas más operando.
Más complejo sería entender los cambios en el consumo. La aceptación de versiones de mala calidad. La distribución en Internet de alguna manera cerró esa situación, pero por arriba, de hecho, sin explicarlo.
De todos modos, algo faltaba. La caída de la industria del cine y la del del alquiler de películas en dvd (tomadas ambas de conjunto) no eran capitalizadas por una nueva estructura industrial que sacara el jugo a esos cambios de consumo.
Al contrario. La respuesta se desarrollaba en dos terrenos complejos: por un lado, decenas de páginas web que permitían un acceso gratuito. Por el otro, la estructura de películas piratas ya mencionadas. Algunas de las webs tuvieron gran éxito (Taringa, Cuevana) y podían generarle ingresos a los dueños, pero a la vez el éxito implicaba entrar en la órbita de la investigación policial. Algunos de los fundadores de esos sitios, como Taringa, terminaron en prisión.
Faltaban las cadenas.
Las estructuras comerciales que ordenaran ese proceso anárquico de distribución de films que hasta ese entonces se manejaba sin regulaciones.
Hasta que un día llegaron.
Pablo Testa
Diciembre 2021 - Enero 2022
Segunda parte:
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