Borges y Piglia: la Pedagogía en la Literatura y la Crisis del Enganche



1. Introducción


a- Borges



La idea de complejidad suele estar reñacionada a la obra de Borges casi como una mezcla de maldición y rechazo que pesa sobre ella. Desde el habitual "difícil de leer/entender" hasta los complejos e interesantes (casi adictivos) estudios sobre su obra en relación con distintas fuentes y tradiciones.

Piglia dio un paso más al reflexionar sobre la retórica usada por Borges para interesar a su público en sus famosas conferencias.

El autor de Ficciones y El Aleph comenzó a realizarlas más bien por inevitabilidad del destino, al imponérsele el don de la ceguera sin que cancelarse su necesidad de ingresos para vivir (bien señala Piglia -y rompiendo otro mito- Arlt ganaba bastante más con su trabajo en la prensa que Borges como bibliotecario municipal).

La ceguera no solucionaba per se su personalidad tímida (que lo llevaba a tartamudear), y durante las primeras charlas leía de de punta a punta. No comenzó tampoco en las grandes universidades del mundo. Como rescata Piglia, Borges iba a donde lo invitaran: bibliotecas de pueblos y ciudades de la Provincia de Buenos Aires; en donde se explayaba sobre Virgilio o Stevenson.



b- Piglia




Ricardo Piglia es uno de los grandes escritores y ensayistas argentinos del siglo XX. Respiración artificial en 1980 fue sin duda un punto de inflexión y una joya literaria.

Cumpliendo con la condición fundamental de los grandes escritores, fue también gran lector y analista literario. Sus cuatro Clases sobre Borges, emitidas por la tv pública estatal, demostraron que era posible transmitir ideas literarias complejas en la televisión masiva, evitando las explicaciones eternas (1). En la primera clase a la cual nos referimos, Piglia desarrolla un análisis excepcional de "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius"




c - la Pedagogía




Es importante destacar que la pedagogía señalada por Piglia en Borges es, en principio, pragmática.

Fue la manera que Borges encontró de comunicarse con sus interlocutores, de llamar su atención; de generar un diálogo y superponerse al silencio aureático que generaba su presencia, a veces ante un puñado de personas en un club de barrio.

Probablemente debamos a Piglia este detenerse en la retórica oral de estas primeras conferencias.

El discurso (pasado a texto) presenta de una manera muy concentrada una profunda reflexión sobre la praxis de transmitir un corpus de conocimiento literario, junto con la más habitual 'pasión por la lectura'.

2. Ricardo Piglia

Clases sobre Borges


Porque Borges tenía además otra cualidad. Otra cualidad que hay que aprender. Él pensaba que la gente con la que hablaba estaba muy interesada en la literatura. Que lo único que le interesaba a su interlocutor era la literatura y que las personas con las que él hablaba… entonces las personas se sentían muy bien hablando con él. Agradecían que él no fuera un paternalista que les explicara las cosas, que les dijera “Stevenson es un escritor inglés que nació en…” lo que hacen los diarios, “Stevenson es un escritor inglés…” no, él decía “Usted vio que…” como si el tipo estuviera leyendo todo el día a Stevenson… “Usted vio lo que pasa en Doctor Jekyll y Mr. Hyde… que el tipo….”, claro, le dice el otro. Inmediatamente entendía porque, por otro lado, las cosas no son tan difíciles. Es muy importante saber respetar al otro porque si fuera la cuestión de la información, si el problema de la cultura fuera la información, sería facilísimo. El problema no es quién está informado, el problema es quién está atento a algo para lo cual está interesado ¿no es cierto? Entonces Borges hablaba con cualquiera en cualquier lugar y siempre del mismo modo. Bueno, Macedonio lo había inventado. Borges dice: “Macedonio decía Como usted bien ha dicho…” y se mandaba una idea extraordinaria que el otro jamás en la vida se le había ocurrido. “Como usted bien ha dicho, el yo vacila frente al…”. Sí, claro, le decía el interlocutor, muchas gracias. Bueno, le regaló al sobrino de Borges, a… no, al primo de Borges, que creó que se llama Guillermo Juan, le regaló un chiste, un chiste que por otro lado también está de un modo parecido en Hudson ¿no?: ”Varias veces intenté el estudio de la metafísica y siempre me interrumpió la felicidad”. Que no está nada mal ¿no? Quiero decir, el interlocutor es muy importante en lo que uno dice, eso la literatura lo tiene presente desde siempre ¿no? No quiere decir que uno escriba para algo, para alguien, quiere decir algo que es muy difícil de hacer entender en el periodismo cultural ¿no? Yo por ejemplo pongo el ejemplo del fútbol, de los suplementos de fútbol. En el suplementos de fútbol, cada vez no dicen ”Un equipo de fútbol tiene once jugadores, hay un arbitro, hay que meter la pelota, no hay que tomarla con la mano…”, cosa que sí hacen los suplementos culturales. Parten de la hipótesis de que el que lee eso está interesado y sabe. Y yo a veces no entiendo que si el enganche, no sé… no dicen, no explican. “El enganche se está terminando”, es un título. Vos decís ¿Qué enganche? ¿De qué me habla? Y el enganche es el número diez, es un problema teórico importantísimo ¿no? La verdad que es un problema teórico porque tiene que ver con la tradición del fútbol, es una cuestión… realmente es un debate importante, si se va a jugar con un diez que sea el creador del fútbol o si se va a jugar de una manera que no es la que nosotros jugamos ¿no? Entonces, por ejemplo, otra cosa que siempre digo: uno ve, uno escucha, ve los partidos de fútbol. Hay uno que narra y otro que comenta. Si uno hace eso en la literatura dice ¿pero cómo puede ser? Hay uno que narra que es.. este… bueno, quien sea y después está Macaya Márquez, que cada tanto dice “No, acá lo que pasa es que en el espacio donde estaba el dos ahora está el tres”. Ahora, si uno en una novela pone eso dicen… no, eso es ¿cómo le dicen? meta-ficción. Eso lo hacía Cervantes… ¿¡qué meta-ficción, no!? Un narrador se para y explica. Un narrador popular está contando una historia y dice: no, esto lo que quiere decir es… y los fantasmas, y empieza a explicar lo que está pasando. Entonces, Borges lo hizo siempre eso. Los narradores de Borges cuentan, explican, trabajan con todas las posibilidades del lenguaje ¿no? (2)


3. Apéndice personal


Es interesante reparar en estas palabras teniendo en cuenta el contexto que atravezamos.

Con la pandemia, la educación volvió a estar en un primer plano de debate por los desafíos metodológicos que implicaba su continuidad. No así en los desafíos pedagógicos. 

El debate estuvo centrado en las ventajas y desventajas de las distintas plataformas tecnológicas, por un lado, y al menos localmente (Argentina) en la obligatoriedad o no de la asistencia por el otro (3).

La dificultad ante la profundidad de los contenidos que no atraviezan fácilmente la vía tecnología  (y menod cuando funciona como el único medio de comunicación de educación formal de grado); la necesidad de reflexionar sobre que conocimientos funcionan como pilares en la construcción de la inteligencia (Piaget) para ser priorizados en la currícula y cuales podían ser repuestos una vez superada la etapa más traumática de la pandemia (y si efectivamente esto sucede o no, poniendo nuevamente a la Argentina como ejemplo de lo segundo), son elementos que no fueron parte de la discusión (4).

Las palabras de Piglia sobre Borges y la literatura (y el enganche) pueden ayudarnos a buscar aquel famoso punto de apoyo de Arquímedes para reflexionar sobre la transmisión de la literatura y desde que 'lugares' se hace, con qué propósitos y métodos.

La comparación con el fútbol no es menor, el más popular de los deportes por estas tierras. 


Ante la permanente 'crisis educativa', ¿es inevitable el camino de 'aligerar' la carga de contenidos y la exigencia? ¿Eso realmente facilita el aprendizaje? Retomando a Piaget, se puede construir conocimientos sólidos sobre una base más 'ligera'? No es menor, porque la construcción de estructuras de conocimiento se relaciona con una mayor capacidad de abstracción en la inteligencia. 

¿No hay lugar para -desde otra perspectiva- sostener la exigencia, sin que eso implique una fuga de alumnos? 

El aporte del tandem Borges - Piglia interesa porque parte de una mirada distinta al problema, menos paternalista / maternalista a la que prima hoy día, una figura anti-Cronos (aquél Dios griego que devoraba a sus hijos) que no niega la palabra a sus estudiantes / pares, pero que a la vez no deja de pensarse a sí mismo como garante de esa circulación, un princeps o primus inter pares por la importancia de su 'misión'.
Esta postura la  mayoría de las veces muchas veces implica el pasaje de los contenidos a un segundo plano. 

Vale la pena preguntarnos qué sucede cuando volvemos a centrarnos en ellos.


Interseries
Septiembre- Octubre de 2021


1 - Salvando las distancias, puede pensarse que el programa Bibliómanos conducido por Maximiliano Tomas y Eugenia Zicavo partía de una premisa similar.

- Ricardo Piglia, Clases sobre Borges, "Clase 1".
En video:

La transcripción a texto es de la web:

http://equivocos.com/2017/06/borges-piglia-clase1-transcripcion/
El destacado en negrita es mío.

3 - En la Argentina, el Ministerio de Educación de la Nación anunció durante el primer semestre del 2020 que daba por aprobadas todas las cursadas de la educación primaria y secundaria,  para retractarse en el segundo semestre, generando no sólo la lógica confusión, sino que los tiempos de evaluación se estiraron hasta Febrero – Marzo de 2021, recargando aún el trabajo de los docentes (nota en infobae)

4 - En los lugares donde venía en debate previamente a la pandemia ha resultado en una experiencia negativa, como es la reforma educativa en España que elimina las lenguas clásicas de las currículas, particularmente el latín (nota en El País de España).






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