Bertolt Bretch, “Preguntas de un obrero que lee”

Bertolt Bretch es un reconocido dramaturgo y poeta alemán. Estudió en Munich, entre 1918 y 1920 escribió la obra Tambores en la noche, sobre la revolución espartaquista alemana



Su vida continua en Berlín, donde se relaciona con los intelectuales marxistas de la época y el Partido Comunista Alemán, aunque no se incorpora como militante. También entra en contacto con intelectuales como Walter Benjamín y Ernst Bloch.
En 1931 escribe la obra La ópera de los tres centavos
Bretch considera al teatro como un elemento específicamente de difusión política. Su objetivo es generar consciencia política a través de sus obras. 
En su obra poética se conectan sus posiciones políticas con una estética cuidada, trabajada y atractiva, utilizando preguntas retóricas y diálogos al interior de sus poemas. De entre ellos se destacan el poema “Lenin”, en memoria del líder revolucionario, y el que transcribimos aquí, “Preguntas de un obrero que lee”. 
En 1933 el ascenso de Hitler lo obliga a abandonar el país. Bretch se exilia en Dinamarca, Suiza y Suecia. En ese proceso escribe La vida de Galileo. 
En 1949 decide dirigirse a Alemania del Este, bajo control soviético, donde reside hasta su muerte en 1956. 

Interseries

Preguntas de un obrero que lee



¿Quién construyó Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?
Y Babilonia, mil veces destruida,
¿quién la volvió a levantar otras tantas?
Quienes edificaron la dorada Lima,
¿en qué casas vivían?
¿Adónde fueron la noche
en que se terminó La Gran Muralla, sus albañiles?
Llena está de arcos triunfales
Roma la grande. Sus césares
¿sobre quienes triunfaron?
Bizancio tantas veces cantada,
para sus habitantes
¿sólo tenía palacios?
Hasta la legendaria
Atlantida, la noche en que el mar se la tragó,
los que se ahogaban
pedían, bramando, ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba siquiera a un cocinero?
Felipe II lloró al saber su flota hundida.
¿No lloró más que él?
Federico de Prusia
ganó la guerra de los Treinta Años.
¿Quién ganó también?
Un triunfo en cada página.
¿Quién preparaba los festines?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba los gastos?
A tantas historias,
tantas preguntas.

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